Hombres y mujeres lábiles
dormitando en sus burbujas informes
de frágil y extrema humanidad.
Pieles envueltas de éxtasis
sucumben impregnadas de deseo
y transpiradas de placer.
La soledad infundida,
una alegoría clásica
de imágenes duplicadas
con la sensación de un encuentro
de siniestra aridez.
dormitando en sus burbujas informes
de frágil y extrema humanidad.
Pieles envueltas de éxtasis
sucumben impregnadas de deseo
y transpiradas de placer.
La soledad infundida,
una alegoría clásica
de imágenes duplicadas
con la sensación de un encuentro
de siniestra aridez.
Cecilia Montoya // 13 ABR 2013
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