Las distancias son siderales
entre el laberinto
vertiginoso de la piel
y el ritmo frío y
circunstancial
de la osamenta,
sin el discurso de la
sangre.
Late y gime en círculos,
la imagen de la sustancia
sin sombra
susurrándole al fuego,
entre los límites laberínticos
de la nada…
Todo converge, todo subyace
tras el desfallecimiento
de las mentes y sus huesos,
en la negación de la forma
compleja.
Sin embargo queda fuera del
Caos,
tras el punto final,
la eternidad prodigiosa de
la luz,
respirando…respirando
en la calma de la
Integridad.
Cecilia M.
Trabajo realizado sobre dos obras de Cecilia Montoya, del año 1990.
4 comentarios:
Si la fotografía es lo que eliges, pues a por todo,
una de tus grandes cualidades es capturar, crear y compartir... (tres en una) =)
Ten un maravilloso fin de semana
y que el tiempo se apiade de nosotros
un beso gigante
Estamos en un buen fin de semana, con un sol espectacular!!!!. La lluvia (aunque necesaria) llegó a hartarme. Un beso de domingo.
Hola.
He estado viendo tus blogs.
Parecen del futuro.
O quizás es que yo me quedé en el pasado, o las dos cosas.
Me gusta este poema, pero difiero en el final, donde tu ves Luz yo no veo nada.
Bueno, intuyo una helada y perpetua oscuridad.
Ojalá tengas razón tú y yo no.
Saludos.
Hola Toro, bienvenido! Una de las razones por la que me gusta la poesía, es porque la objetividad no existe en los versos. Por lo cual las interpretaciones personales, suman, no restan. Las intuiciones, si son verdaderas intuiciones y no especulaciones racionales, son certeras. Pero hay que saberlas escuchar, Se requiere mucha serenidad para hacerlo. Algo me dice que hay una realidad infinitamente grande que no es necesario comprender. Basta con la tranquilidad que brinda su existencia. No nos hace falta reflexiones de ningón tipo. Un abrazo
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